La Educación Ambiental constituye uno de los pilares fundamentales de la medicina para el Siglo XXI. Representa mucho más que el saneamiento ambiental o la lucha contra la contaminación, es una supra-especialidad aceptada y reconocida por la Organización Mundial de la Salud y la Comunidad Científica Internacional.
La Salud no puede separarse de una serie de elementos ambientales, como el aire, el agua, el hacinamiento urbano, los productos químicos, los vectores de enfermedades o el exceso de consumo. La creación de un ambiente adecuado o favorable para la salud depende de todos; no sólo en términos de acciones contributivas, sino de acciones cooperativas inter e intrasectoriales e incluso transectoriales. es por ello que como cierre de semestre se tiene programada la puesta en marcha de una Campaña de Educación Ambiental.
La relación entre la salud humana y el medio ambiente es muy compleja. Cada uno de los peligros tradicionales y modernos se asocia a distintos aspectos del desarrollo social y económico. Los riesgos ambientales pueden producir un amplio abanico de efectos sobre la salud, que varían en tipo, intensidad y magnitud, según el nivel de exposición y el número de afectados. Las enfermedades más importantes se asocian a más de un tipo de exposición y los peligros ambientales actúan junto a los factores genéticos, la nutrición o los riesgos del estilo de vida.
Si tomamos en cuenta los factores genéticos la interacción del ambiente con el material genético de una persona puede alterar el balance entre salud y enfermedad. Los científicos han
aprendido que si bien la genética desempeña un papel importante, a menudo un factor presente en el ambiente desencadena el desarrollo de una enfermedad. Esta interacción entre la genética y el ambiente también es afectada por la edad y el género de una persona.
Por ejemplo, varios genes se asocian con la enfermedad de Parkinson. Estudios de investigación apoyados por el Instituto Nacional de las Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS, por sus siglas en inglés) muestran que el efecto del ambiente es más significativo entre aquellos adultos mayores que desarrollan la enfermedad después de los 50 años de edad. Estudios realizados en gemelos sugieren que, en personas genéticamente susceptibles a la enfermedad de Parkinson, factores presentes en el ambiente podrían desencadenar la enfermedad.
Es necesario que el futuro médico trabaje sobre planes de acción simples y diseñados a medida de su realidad local. Esto es lo que permite valorar el estado de su comunidad, puntos clave para contribuir como profesional al cuidado de la Salud y Calidad de Vida de su entorno.
- Profesor: MYRIAM PADILLA FRANCO